miércoles, 19 de abril de 2017

Empatía





Empatía
Lina Toro

 
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando.



Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben "leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo.


La convivencia humana en comunidad nos permite desarrollar diferentes emociones y estados de ánimo, así como también comportamientos que nos involucran a todos y que hacen que actuemos de diferente manera ante determinadas situaciones. Una de esas actitudes es la empatía, tal vez instintiva pero que el mundo en el que vivimos hoy con su ajetreado ritmo más nos tapa.


Como el ser humano, está acostumbrado por naturaleza a convivir con otros pares, la vida en conjunto es parte de la esencia que nos define y por lo tanto es muy difícil o casi imposible vivir absolutamente aislados y alejados de toda civilización.

En esta convivencia surgen diferentes comportamientos que son también inherentes a la cualidad humana y que pueden ser desde los más sensatos y solidarios o egoístas y malvados. Entre ellos encontramos a la empatía, aquella cualidad que hace que una persona sienta o se emocione ante el sufrimiento del otro. Entendida como una forma tal vez abstracta de solidaridad, la empatía es lo que nos permite sentir que otra persona no está bien y por lo tanto, al sentir ese sufrimiento en nuestro cuerpo y alma, actuar para ayudar a esa persona a que salga adelante o al menos consolarla.


Para poder comprender mejor por qué se da la empatía en una persona es interesante señalar que la misma tiene que ver con la habilidad de desarrollar a su vez ciertos niveles de inteligencia emocional, aquello que nos hace ser sensibles y permeables al sufrimiento tanto propio como ajeno.

Mientras hay personas que son educadas y criadas sin el más mínimo interés por desarrollar inteligencias emocionales pero sí tal vez cognitivas, también hay personas que debido al modo en el que han sido criadas o incluso por experiencias vividas, poseen una alta sensibilidad hacia lo que les pasa a los demás y por lo tanto dan muestras de una mayor empatía ante situaciones de dolor o sufrimiento.


Todos sabemos que las sociedades en las que vivimos nos llevan a ser seres bastante individualistas, más preocupados por el bien propio que por el bien comunitario.

Sin embargo, es importante que la empatía se vuelva una actitud común y normal entre nosotros porque de eso dependerá el bienestar de una comunidad. Esto se debe a que ser solidarios, escuchar al otro, acompañarlo en su sufrimiento o ayudarlo es aquello que nos hace humanos y nos enriquece como seres humanos.


No se trata de no decir o de decir las cosas, se trata de cómo decimos las cosas. La empatía es la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona, llegando incluso a sentirnos cómo se siente la otra persona o incluso a saber qué está pensando. Las personas necesitamos sentirnos comprendidas, y no me refiero solo a que nos digan “te comprendo” sino a ver y sentir que la otra persona sabe perfectamente cómo nos encontramos en ese momento.


¿Cómo podemos ser más empáticos?

La empatía no es un proceso consciente, es una capacidad, y como tal, es inconsciente. Pero podemos partir de lo consciente para ir mejorándola, centrándonos en los demás mientras hablamos con ellos, ponernos en su lugar, ver los mensajes que nos quiere transmitir. Es cierta una cosa, la empatía suele sentirse sobre todo por personas muy cercanas a nosotros, pero también podría darse con personas que acabamos de ver por primera vez, o un ejemplo claro de empatía es cuando vemos una película y nos metemos tanto en el papel de uno de los actores que acabamos sufriendo y alegrándonos de todo aquello que le va sucediendo.


¿Cuál es el problema de las personas poco empáticas?
 
Muchas veces debido al cansancio, a nuestros propios problemas, dejamos de “prestar atención” a nuestro entorno,  a lo que le ocurre a los demás y tanto si vienen a darnos una buena como una mala noticia nosotros no nos mostramos “receptivos” ante lo que nos ha contado la otra persona, por lo que evidentemente a esa persona le molestará y quizás para la próxima no acuda a nosotros. No nos olvidemos que nos acercamos a las personas buscando atención y comprensión,  y ser tratados con delicadeza y respeto, pero muchas veces no damos lo mismo que esperamos recibir y eso tampoco puede ser así.

¿Cuáles son las ventajas de ser empático?

Ser empático con la gente nos trae múltiples beneficios: facilita la relación con la gente ya que hacemos que se sientan comprendidos y eso establece un clima de confianza, ayudamos a la otra persona a desahogarse, a consolarse, a confiar en nosotros, desarrollaremos una habilidad muy importante para el trato con los demás y esencial para establecer relaciones sanas, cuando toca comunicar malas noticias facilitamos a esa persona que pueda asimilarlas de la forma más eficaz, positiva y sana y probablemente, si hemos sabido mostrarnos empáticos, esa persona guardará un muy buen recuerdo de nosotros. Y recordemos que ser empáticos no significa no tener personalidad, podemos no estar de acuerdo con esa persona y seguir manteniendo nuestros propios ideales pero eso no interfiere en que podamos ponernos en su lugar y saber cómo se siente.


La empatía es también considerada como una de las habilidades interpersonales más relevantes para conseguir relaciones sociales satisfactorias, porque facilita la complementariedad en los intercambios que se realicen.


Cuando hay un déficit marcado de esta capacidad estamos frente a trastornos de la empatía, que son cuadros clínicos (Síndrome de Asperger, trastornos de personalidad,…), que requieren de un tratamiento específico.


Sin que llegue a ser un trastorno, vemos en la vida diaria múltiples situaciones en las que una falta de empatía entorpece la comunicación y las relaciones, pero estas son tan frecuentes que casi nos hemos acostumbrado a ellas. Veamos algunos ejemplos:


Todos hemos tenido alguna vez la experiencia de una conversación, con personas que al no saber escuchar tienen un discurso invasivo que va en una sola dirección sin permitir intercambio alguno, o con personas que persisten en un tema (generalmente negativo: “todo va mal”,….) que incomoda a los demás y que termina por alejar a esa persona de su entorno social.

Muchas entrevistas que pasan en los medios de comunicación (radio y TV), en las que el entrevistador no deja hablar al entrevistado y le pone pregunta tras pregunta, sin darle espacio para que pueda contestar completamente alguna (allí vemos que el entrevistador sigue su guión predeterminado, sin  interesarse a la frustración que está provocando en la persona que es entrevistada y en las personas que siguen la entrevista).


Igual situación vemos en las reuniones sociales o de trabajo en las que frecuentemente hay alguien que no sabe escuchar  e interrumpe continuamente al que está hablando, pronunciando una frase con voz más alta para cubrir al que está hablando, lo que puede ser vivido con malestar tanto por el que es interrumpido como por los demás miembros del grupo que no llegan a tener una idea completa de lo que se está abordando.


Empalizar, con su entorno familiar (pareja, hijos,…), social (amigos, colegas,…) permite tener relaciones más fluidas y armoniosas. No es que se tenga que estar adivinando lo que piensan los demás a cada momento, sino que es una actitud en la que podamos hacer un ejercicio de imaginarnos lo que sentiríamos nosotros si estuviéramos en la situación de la otra persona en un momento dado; eso nos permite calibrar mejor nuestras palabras y gestos hacia esa persona respetando nuestro punto de vista y también el del otro. Hay una frase muy antigua “no hagas con otro lo que no quieres que hagan contigo” que permite entender mejor la función de la empatía en las relaciones.

Finalmente, empanizar no quiere decir que se tenga que estar siempre de acuerdo, se puede estar en desacuerdo pero respetando que el otro piense diferente. La práctica de la empatía nos permitirá saber gestionar mejor nuestras intervenciones en un entorno social de cualquier tipo.


Tener empatía nos convierte en personas más ricas emocionalmente.


“Mira con los ojos de otro, escucha con los ojos de otro y siente con el corazón de otro.”

Alfred Adler.


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