Envejecer
un proceso natural
Lina Toro
Resulta difícil definir este sentimiento, o incluso este hecho personal,
con criterios objetivos. "Los años no pasan en balde", "Me canso
más", "He notado que he perdido memoria", oímos con frecuencia
por una parte. "No tengo tantas ilusiones", "Parece que todo se
ha terminado", "Me siento vacío", escuchamos por otra; las
primeras expresiones hacen más referencia al proceso de envejecimiento físico,
las segundas a vivencias relacionadas con lo personal y lo psico-social. Los procesos
biológicos y las concepciones sociales sobre la vejez van tomando cuerpo, aunque
con notables diferencias individuales: las pequeñas discapacidades físicas, la
jubilación, la menopausia, la emancipación de los hijos, la pérdida de
presencia e influencia social, etc., son diferentes fenómenos de estos
procesos. Perder alguna cosa parece que está en la base del inicio de la vejez.
Podríamos argumentar que también, en otras etapas de la vida se pierden cosas;
sin embargo los finales, las pérdidas en la vejez, pueden ser vividas,y a
veces lo son, como algo que no va a poder recuperarse más, compensarse o
suplirse.
De la capacidad de
compensar, suplir, conservar o rememorar, ya sea en el plano real o en el plano
psíquico, lo que hemos sido, van a depender en parte las vivencias de esta
etapa; de cómo afrontamos las pérdidas y también de sí sabemos afrontar el
futuro y seguir creciendo como personas.
¿Es posible seguir creciendo
y desarrollándonos cuando uno es Mayor?, ¿No puede ser esto más que una falsa ilusión
o peor, una terrible ironía? Todos conocemos a personas que lo llevan mejor y
otras peor. Incluso hay personas que teniendo una edad avanzada dicen sentirse perfectamente
bien; suelen explicarlo haciendo referencia al espíritu joven. Viejos jóvenes,
envejecer con éxito, viejos sabios, vejez saludable, por una parte y vivencias
catastróficas, negación de la vejez, envejecimiento patológico por otra.
A medida que pasan los años
se vivencian cambios en el cuerpo, en la mente y en la relación con los otros.
Saber asumirlos y sacar ventaja de ellos es favorable para transitar un proceso
de envejecimiento saludable y activo y disfrutar de las todas las etapas de la
vida.
Cada persona envejece como
ha vivido, derribando así el mito de que “todos envejecemos de la misma manera”
y que “vejez es sinónimo de enfermedad”; siempre se está a tiempo de cambiar
hábitos pocos saludables.
Nueve
formas para vivir más
No comer excesivamente
Para llegar a los 100 años,
dejar un poco de comida en el plato cada día o servirnos menos. Los japoneses
son los más longevos del planeta, porque según un experto en el tema, comen
hasta que se sienten al 80% satisfecho. Para poder saber en qué momento el
estómago está un poco más de ¾ “completo”, es preciso comer despacio. Ingerir menos
alimentos ayuda a envejecer lentamente, porque las calorías hacen que aumente
la producción de T3 la hormona tiroidea que ralentiza el metabolismo.
Tener más relaciones
sexuales
Dos o tres veces a la semana
es la cantidad aconsejada para poder disfrutar de más años. Es que el buen sexo
permite mantenerte ocupado, liberar hormonas positivas, quemar una gran
cantidad de calorías (se compara con una sesión de caminata de media hora),
baja la presión arterial, refuerza el sistema inmune, mejora el sueño, reduce
el sobre peso y protege el corazón.
Apagar el televisor y el ordenador
Pasar demasiado tiempo
frente a las pantallas no es bueno para la salud. Aquellos que miran 4 horas de
TV por día tienen un 50% más de probabilidades de morir por problemas relacionados
al sedentarismo que las que sólo lo hacen 2 horas o menos. Es que recortar la
exposición a esta caja también permite dormir mejor y de manera más placentera.
Se recomienda no mirar televisión antes de ir a la cama, optar por un libro. En
cuanto al ordenador, el medio de trabajo de millones de personas, no siempre se
puede evitar, por lo que es buena idea hacer pausas en medio de la jornada,
salir a tomar aire, estirar las piernas, etc.
No exponerse al sol
Evitar los dañinos rayos UV
en lo máximo posible, para no padecer problemas como irritación, quemaduras y
hasta cáncer de piel. También nos mantendremos joven porque no se forman arrugas, manchas, ni
pecas. Cuando salgamos en verano a la calle, debemos colocarnos un factor de protección de por lo menos 30 y
no sólo en el rostro, sino también en el pecho, el cuello, los hombros, los
brazos y las manos.
Tener más vida social
Los estudios han demostrado
que las personas que están siempre rodeados de amigos y familiares tienen menor
riesgo de padecer problemas al corazón. La soledad causa depresión, estrés,
colesterol alto, ansiedad, miedos, etc. Sobre todo en el caso de ancianos, que
se sienten sin ganas de vivir cuando los hijos, nietos o sobrinos no los
visitan lo suficiente.
Beber con moderación
La “dosis” adecuada para los
hombres es de dos vasos o copas por día y en las mujeres sólo una. De lo
contrario, no sólo puede derivar en alcoholismo, sino también en enfermedades
al páncreas o hígado y problemas en la salud en general. Los médicos aconsejan
beber una copa de vino tinto por día para evitar ataques al corazón o diabetes.
Comer frutas y verduras
La comida chatarra nos ha
dejado muy alejados de estos dos alimentos tan importantes para nuestro
desarrollo y bienestar. Antes de escoger un snack salado, prefiere comer una
manzana, en lugar de papas fritas, optar por una ensalada de tomates y lechuga.
Es que las frutas y las verduras ayudan a reducir enfermedades cardíacas,
cánceres, sobrepeso, colesterol, etc. A su vez, sirven para desintoxicar el cuerpo
y mejorar la circulación.
Hacer ejercicio
Todos los días hay que salir
a caminar o si no se “tiene tiempo” al menos optar por subir por las escaleras
en lugar de utilizar el elevador. Hay una gran correlación entre la actividad
física y la longevidad. Practicar un deporte aumenta hasta 4 años de vida y a
la vez tiene muy buenos efectos en el corazón, los pulmones, la mente y el
humor. Por lo menos 30 minutos diarios.
No fumar
Este es uno de los peores
hábitos que tiene la sociedad actual. Las mujeres que dejan el cigarrillo a los
35 años suman entre 6 y 8 a su vida. Nunca es demasiado tarde para dejar de
fumar. Nadie dice que sea sencillo, pero vale la pena intentarlo. Los
beneficios se empiezan a notar desde el primer día y van en aumento con el correr
de las semanas y los meses.
Envejecer es un privilegio,
un arte, un regalo. Sumar canas, arrancar hojas en el calendario y cumplir años
debería ser siempre un motivo de alegría. De alegría por la vida y por lo que
estar aquí supone.
Cumplir años debería ser un
motivo de alegría. Cada día significan 1440 minutos de nuevas opciones, de
maravillosos pensamientos, de cientos de matices en nuestros sentimientos. Cada
segundo nos hace más capaces de experimentar y de aprovechar todas las opciones
que nos brinda nuestro alrededor.
Cada año es una medalla, una
oportunidad para atesorar recuerdos, para hacer nuestros los instantes, para
soplar las velas con fuerza y orgullo. Desear seguir cumpliendo sueños,
segundos, minutos, horas, días, meses y años… Y, sobre todo, poder celebrarlo
con la vida y la gente que nos rodea. Que nos veamos y nos sintamos plenos, arrugados y felices.
"No dejamos de jugar
porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar". "Existen
solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo
éxito:
- Se necesita reír y
encontrar humor en cada día.
- Se necesita tener un
sueño, pues cuando éstos se pierden, uno muere... ¡Hay tantas personas
caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan!
- Se necesita conocer la
diferencia entre envejecer y crecer...” "Si usted tiene diecinueve años de
edad y se queda tirado en la cama por un año entero sin hacer nada productivo,
terminará con veinte años..." "Si yo tengo ochenta y siete años y me
quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedaré con ochenta y ocho
años..." "Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento
ni habilidad." "La idea es crecer a través de la vida y encontrar
siempre oportunidad en la novedad." "Los viejos generalmente no se
arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de
hacer." "Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son
aquellas que tienen remordimientos".
“Nada
nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos
hacemos viejos.”
-Georg Christoph Lichtenberg
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