Simplifique su vida sin perder productividad y dedique su tiempo a ser feliz
Llegar a la estación del bus, de
metro o del Transmilenio, o tomar su auto, bajar a los empujones, o esperar
colas eternas en los trancones si se desplaza en su auto, arrastrar
su equipaje, correr a la oficina, guardar su almuerzo que preparó la
noche anterior o encontrar un pequeño restaurante y almorzar en 30 minutos,
continuar con el trabajo en la jornada de la tarde, regresar en el transporte
bajo las mismas condiciones de la mañana pero agotado de la labor del día,
llegar a cenar, preparar el almuerzo y la ropa del día siguiente, revisar las
tareas de sus hijos, atender a sus padres y después a dormir.
Sí, a esto, el ser humano
promedio le llama “TRABAJO”. Y esta escena se repite en todos los rincones de
la ciudad, en miles de hogares.
“PARE” por un momento.
Reflexione, una vida sin reflexión no merece ser vivida, observe qué la
velocidad está pasando a gran prontitud. Urgidos por llegar rápido a ninguna
parte, consumimos experiencias. Consumimos lugares. Consumimos gente. Consumimos
trabajos. Nos volvemos adictos a hacer, hacer y hacer. Muchos de nosotros
elegimos transcurrir a una velocidad inusitada y nos olvidamos de “VIVIR”.
La velocidad, va de la mano de la
complejidad. La agenda está llena de tareas por cumplir, la bandeja de entrada tiene
más correos por leer de los que es capaz de procesar, distrayéndose de su propósito.
Hoy en día, la vida está superpoblada de estímulos, es lógico caer en la
ilusión de tener que producir más rápido para cumplir con todo.
Detenerse a saborear el presente
o a reflexionar sobre su rumbo, sería retrasar la carrera por devorar
superficialmente el siguiente punto de la lista.
Así que yo le
pregunto… ¿Para qué vivir tan apresurados? ¿Para qué exigirse en hacer
tantas cosas a la vez?
Se nos regaló una vida que de suerte
dura unos 80 o 90 años. Ahora, cómo elegir vivir esos años es una
decisión personal. Aunque nunca nos detuvimos a preguntarnos hacia dónde vamos,
eso también es una elección.
Y si esto es un síntoma de
modernidad, prefiero estar en la era de piedra.
¿Qué significa ser “lucrativo”?
¿Qué cosas queremos originar en
nuestras vidas?
¿Menos es más?
¿Somos felices en el trabajo?
No es un negocio sacrificar la
calidad a manos de la cantidad, ni planear actividades para 26 horas
diarias, cuando el día hace nos ofrece solamente 24. Dedique tiempo de calidad
para estar con la gente que más quiere, para disfrutar de un momento a solas
consigo mismos, de no hacer nada sin sentir culpa.
Ahora lo invito a que:
Busque más equilibrio vida, menos trabajo: Hay momentos
en los que está tan acostumbrado a hacer todo tan rápido que no se da cuenta de
lo acelerada que se ha vuelto su vida, reorganice su agenda, asigne prioridades
y distinga lo importante de lo superfluo, redunda en una vida más armónica y
equilibrada dentro y fuera de la oficina.
“DESACELERE” le permitirá hacer
una pausa por un momento y darse cuenta de este hecho. No haga varias tareas a
la vez. La calidad de lo que hace disminuye cuando intenta concentrarte en
demasiadas tareas a la vez.
Encuentre un límite para el
rendimiento decreciente en la cantidad de tareas que puede realizar. Su meta es
hacer las cosas bien para que pueda sentirse bien con sus logros.
Más tiempo para usted: para hacer lo que realmente le importa. Haga
un balance de su última semana. ¿Cómo distribuyó sus tiempos? ¿Qué cosas le
quitaron tiempo y podría haber evitado? ¿Y qué cosas importantes dejó de hacer?
Tenga menos compromisos, es
posible que al inicio le cueste hacerlo, pero debe concentrarse en simplificar
su vida, lo que le traerá paz. Deje que su meta final le motive y calme sus
sentimientos de culpa.
Limite la cantidad de veces que
acepta un compromiso al llevar la cuenta en su calendario. Nadie puede en todo
momento decir “Sí” a todo. Desarrolle la habilidad de poder decir “No” al
comunicar sus planes.
Disfrute más: Cuando pone la atención en menos tareas, puede dedicarse
a disfrutar con mayor consciencia de cada momento, de manera que lo que vive
deja una huella genuina en usted.
Encuentre su plenitud en las
cosas simples de la vida al pasar tiempo con sus amigos, en la naturaleza o
haciendo algo con sus manos. Las recompensas personales mejorarán tu motivación
y satisfacción en general con tu vida.
Identifique sus valores. Piense en las cosas que son importantes
para usted y que influencia tienen en la manera en que se comporta. Esos son
sus valores. Son una fuerza que guía su capacidad de decisión. Identificar sus
valores puede suponer todo un reto, pero vale la pena el esfuerzo.
Piense en los momentos de su vida
en los que fue la persona más feliz, en los que se sintió más orgulloso,
realizado y satisfecho. Haga una lista y determine qué valoró acerca de esas
situaciones. A lo mejor valoras la creatividad, la aventura, la fidelidad y el
esfuerzo de estas situaciones. Tal vez se da cuenta de que lo que más valora es
tu familia. Estos elementos serán el motor de todo lo que haga.
Si quiere llevar una vida
tranquila y simple, entonces debe valorar la serenidad, la plenitud de los
recursos, la estabilidad y la salud.
Sea más creativo: Las ideas más originales y novedosas
no siempre ocurren en la oficina, sino en la ducha o dando un paseo.
Sea saludable: No hace falta mencionar los problemas de salud
que sufren las personas con un estilo de vida hiperveloz, ahórrese el stress,
la ansiedad, la hipertensión y los trastornos digestivos.
Adopte una práctica para su
bienestar. Desarrolle un estilo de vida para seguirlo. Esto incluye un plan
alimenticio saludable que alimente su cuerpo y que le brinde la energía que
necesita para mantener un régimen de ejercicios.
Busque la satisfacción laboral: Trabaje en lo que le apasiona,
viva una vida más plena y deje una huella genuina en la sociedad. Use
horarios y rutinas para llevar un buen equilibrio entre el trabajo, la
diversión y la renovación.
Tenga menos obligaciones financieras: Elimine lo que esté de más.
El concepto del consumo excesivo puede ser parte de tu vida. Simplificar tu
vida reducirá la cantidad de elementos adicionales a los que ha estado
acostumbrado. Su meta debe ser eliminar los gastos en esos elementos
adicionales para que no se sienta atado a obligaciones financieras.
Pregúntese si en realidad
necesita la última versión del iPad, o tener el auto de alta gama. Solo debe
decirse “No”, y “Sí” a su deseo de llevar una vida más simple y tranquila. Cada
vez que se enfrente con una situación así, puede tomar una buena decisión.
Ordene su hogar. Las personas construyen el mundo que las rodea, y
si quiere simplificar su vida, inspeccione su hogar y organícelo. Una casa bien
ordenada es una casa saludable. Elimine los artículos sobrantes que ya no usa le
ayudará a ordenar su casa, sus emociones y sus pensamientos. Cuando su mundo
exterior está ordenado, también lo está su mundo interior.
Use el fin de semana para limpiar
los clósets, cajones y garajes; clasifique los artículos en los que vas a
guardar, los que vas a donar y los que vas a botar.
Viva el momento presente. No ocupe demasiado sus pensamientos con
el pasado o el futuro. Una mente que divaga es una mente que no es feliz. Simplificar
sus pensamientos implica acallar su mente y mantenerse concentrado en lo que
está haciendo en ese momento.
Practique ejercicios de
visualización para imaginarse en un ambiente simple, tranquilo y libre de
estrés. Esto te ayudará a acallar su mente.
En definitiva, una persona
más satisfecha, más saludable y más creativa es una persona verdaderamente feliz
¿Qué hábitos está dispuesto a
modificar para vivir más feliz?
¿Qué consecuencias tendrá en
su modo de trabajar y de relacionarte con sus colegas y su familia?
¿De qué se está perdiendo por no
animarse a cuestionar su adicción a la distracción y a la velocidad?
Lo invito a que pare el frenético
ritmo que no puede seguir. Hay aspectos que necesitan de su atención o de su
tiempo. Lo que no funciona debe ser atendido. Sus hijos necesitan atención de
calidad y, sobre todo, necesitan un poco de tiempo de calidad de sus padres:
para recibir el amor, protección y limitación necesarias para crecer y para
vivir.
Empiece con la decisión de ser
más feliz y más agradecido. Debe sentir empatía y compasión para fomentar la
tranquilidad.
Deje el resentimiento y sea
agradecido para mejorar sus relaciones. Gran parte de la intranquilidad interna
y externa de una persona viene de los conflictos que tiene con los demás.
Hágase responsable de su
felicidad. Sea independiente. La felicidad viene de adentro y usted es el
responsable de crearla.