El derecho y fuente de la felicidad
Basado
en el libro “El arte de la felicidad”
BY:FIDEE
#felicidad #SerFeliz
Decía el Dalai Lama según Howard
C. Cutler en su libro “El arte de la felicidad” CREO QUE EL PROPÓSITO
fundamental de nuestra vida es buscar la felicidad. Tanto si se tienen
creencias religiosas como si no,….. todos buscamos algo mejor en la vida. Así
pues, creo que el movimiento primordial de nuestra vida nos encamina en pos de
la felicidad.»
Cuantas veces le ha preguntado a
una persona ¿Es usted feliz? Y le han
respondido Sí. Ahora pregunto ¿es la felicidad un objetivo razonable para las
personas?, ¿Es realmente posible alcanzarla? Y pienso que sí se puede alcanzar
la felicidad mediante la preparación (Incluye intelecto y sentimiento, corazón
y cerebro) de la mente. La felicidad es un objetivo alcanzable.
Cuando las personas practican una
disciplina interna se puede experimentar una transformación de la actitud de frente
a la perspectiva y el enfoque de la vida.
Empiece por identificar los
factores que lo conducen a la felicidad y los que lo conducen al sufrimiento.
Una vez identificados, es necesario que elimine gradualmente los factores que
llevan al sufrimiento mediante el cultivo de los que llevan a la felicidad. Ése
es el camino.
Según Howard C. Cutler la
felicidad personal se manifestaba en el Dalai Lama como una sencilla voluntad
de abrirse a los demás, de crear un clima de afinidad y buena voluntad, incluso
en los encuentros de breve duración.
Las personas felices, son
generalmente más sociables, flexibles y creativas, más capaces de tolerar las
frustraciones cotidianas y, lo que es más importante, son más cariñosas y
compasivas que las personas desdichadas. Las personas felices tienen una
voluntad de acercamiento y ayuda con respecto a los demás. Han logrado, inducir
un estado de ánimo alegre en otra persona.
Empiece, con la premisa básica de
que el propósito de su vida consiste en buscar la felicidad. Es su visión como
un objetivo real, en cuya consecución puede dar pasos positivos. Al empezar a
identificar los factores que conducen a una vida más feliz, aprende que la
búsqueda de la felicidad produce beneficios, no sólo para usted, sino también
para su familia y para la sociedad.
¿Pero cual es la fuente de su
felicidad? Es ese lugar dentro de usted donde brota una corriente que conduce a
la felicidad.
Howard C. Cutler nos presenta dos
ejemplos.
El primero de una amiga que tuvo
un inesperado golpe de suerte, donde entró en posesión de un patrimonio que le
permitió retirarse a la edad de treinta y dos años. Le pregunto después de un
tiempo como se encontraba y ella respondió, es magnífico poder viajar y hacer
todas las cosas que siempre se han deseado. Sin embargo, aunque parezca
extraño, después del entusiasmo por haber ganado tanto dinero, todo volvió más
o menos a la normalidad y a pesar de poseer muchas más cosas, no creo que sea
mucho más feliz que antes.
Y aproximadamente por la misma
época en que su amiga obtenía sus inesperados beneficios, otro amigo suyo de la
misma edad descubrió que era seropositivo. Habló con él acerca de cómo había afrontado
su nueva situación. Naturalmente, al principio estaba desolado y tardó casi un
año en aceptar el hecho de que tenía un virus. Pero las cosas cambiaron en el
último año. Tenía la impresión de que cada día recibía mucho más que antes y se
sentía más feliz que nunca. Había aprendido a apreciar las cosas cotidianas y se
sentía agradecido por el hecho de que, hasta el momento, no había desarrollado
ningún síntoma grave y podía disfrutar realmente de las cosas que tenía. Y
aunque, desde luego, preferiría no ser seropositivo, tenía que admitir que eso había
transformado su vida en algunos aspectos... y favorablemente. Por primera vez
en su vida había empezado a explorar la espiritualidad y eso hacía que se sintiera
muy animado, ansiando ver qué traerá el nuevo día.
Estos dos ejemplos ilustran un asunto
esencial: que la felicidad está determinada más por el estado mental que por
los acontecimientos externos.
El éxito puede dar como resultado
una sensación temporal de regocijo, o la tragedia puede arrojarlo a un período
de depresión, pero el ánimo tiende a recuperarse y los psicólogos llaman este
proceso «adaptación».
De tal manera que la felicidad
cotidiana está determinada en buena medida por su perspectiva. De hecho, que se
sienta feliz o desdichado en un momento determinado tiene que ver sobre todo
con la forma de percibir su situación, con lo satisfecho que se sienta con lo
que tiene actualmente.
Pero ¿Qué define su percepción y
nivel de satisfacción? Pues déjeme decirle que esas sensaciones están influidas
por su tendencia a comparar. Al comparar su situación actual con su pasado y
descubrir que esta mejor, lo hace sentir feliz. Mira a su alrededor y se
compara con los demás. Por mucho que gane, tiende a sentirse insatisfechos si
el vecino está ganando más. Vemos, que el sentimiento de satisfacción depende a
menudo de comparaciones.
La comparación constante con
quienes son más listos, más atractivos y obtienen más triunfos tiende a
alimentar la envidia, la frustración y la infelicidad. Pero también puede
utilizar esta actitud de una forma positiva; es posible intensificar su
sensación de satisfacción vital comparándose con aquellos que son menos
afortunados y apreciando lo que posee. Usted puede aumentar o disminuir su sensación de satisfacción cambiando su perspectiva, ya que influye en el papel
de la actitud mental.
Aunque es posible alcanzar la
felicidad, no es algo simple. Existen muchos niveles, por ejemplo, en el
budismo, se hace referencia a los cuatro factores de la realización o
felicidad: riqueza, satisfacción mundana, espiritualidad e iluminación. Juntos,
abarcan la totalidad de las expectativas de felicidad de la persona.
Lo más importante es que si
utiliza de forma positiva sus circunstancias favorables, como la riqueza o la
buena salud, éstas, pueden transformarse en factores que contribuyan a alcanzar
una vida más feliz. Pero sin la actitud mental correcta, esas cosas tienen muy poco
impacto sobre sus sentimientos a largo plazo.
Así pues, dejando aparte la
perspectiva de la práctica espiritual, incluso en los términos mundanos del
disfrute de la existencia, cuanto mayor sea el nivel de calma de su mente,
tanto mayor será su capacidad para disfrutar de una vida feliz.
La paz mental o el estado de
serenidad de la mente tiene sus raíces en el afecto y la compasión supone un
elevado nivel de sensibilidad y sentimiento.
Cuando se carece de la disciplina
interna que produce la serenidad mental no importan las posesiones o
condiciones externas, ya que estas nunca proporcionarán a la persona la
sensación de alegría y felicidad que busca. Por otro lado, si se posee esta
cualidad interna la serenidad mental y estabilidad interior, es posible tener
una vida gozosa, aunque falten las posesiones materiales que uno consideraría
normalmente necesarias para alcanzar la felicidad.
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