Que las redes sociales han
cambiado nuestras vidas es algo evidente. El fenómeno de sobreexposición a la
red no es problema de unos pocos, se ha vuelto una adicción generalizada y
socialmente aceptada.
Mucha gente ya no concibe su vida
sin compartir lo que hace y participa fotografías a través de Facebook, Twitter
e Instagram, que son las tres más utilizadas en todo el mundo.
Un estado de conexión permanente provoca
inquietud, falta de concentración y alteraciones del ánimo, actualmente estamos
conectados las 24 horas del día, lleva a las adicciones, y el sector más
propenso a caer en este tipo de adicción es el de los menores.
Aprender a hacer un buen uso de
las redes sociales es esencial y puede mejorar nuestra vida, hacer un uso
controlado de las redes sociales aportan beneficios, pero es aconsejable:
- Poner horarios para atender
tanto a las redes sociales como al email.
- Intentar organizar el tiempo de
ocio al margen de ellas.
- Olvidar por un rato el celular y
nos estar consultándolas continuamente.
El fenómeno de adicción al
internet no es problema de unos pocos, está generalizada y socialmente aceptada
y es reconocida inclusive por la comunidad médica y hay centros especializados
de “desintoxicación” y tratamientos psicológicos para combatir los diferentes
síndromes relacionadas con el abuso del internet.
¿Cuántas veces al día siente que
debe revisar su e-mail?
¿Cuántos de esos mensajes recibe
y considera que debe responder de inmediato porque son vitales o urgentes?
¿Se encuentra justificando su
necesidad de distraer su atención en el teléfono u otra pantalla?
Pero lo que la gente no sabe es
que el acceso libre a información infinita está sobrecargando su capacidad para
memorizar, porque cuando se llega a sobrecarga cognitiva, la capacidad para
transferir lo que se aprende a la memoria, deteriora. De ahí la dependencia aun
mayor a la memoria sin fin del internet. Pero hagamos el ejercicio:
¿Es usted un adicto a las redes
sociales?
¿Interrumpe actividades del mundo
real como el sueño o reuniones con amigos para consultar cualquier red social?
¿Tiene dificultad de
concentración en una actividad concreta por el hecho de pasar pensando en su
perfil?
¿Siente la “obligación” de
compartir hasta las situaciones más cotidianas o irrelevantes?
¿Tiene cambios de ánimo al no
recibir comentarios en las fotos o publicaciones hechas?
¿Deja de dedicar tiempo extra
para los amigos, la familia y las actividades fuera de la red?
¿Consulta los perfiles mientras camina
por la calle?
¿Verifica la cobertura de
internet o la presencia de redes wi-fi como algo determinantes para realizar
actividades?
Si usted presenta alguno de estos
síntomas ya está en camino de una adicción a las redes.
Analice y si es su caso
reflexione, recuerde que diciembre es el mes para decidir los cambios para el
nuevo año: hacer dieta, ejercicio, dejar de fumar, no fumar y porque no desconectarse
tanto como sea posible del internet y mejor de un espacio de su tiempo a
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