Pensamientos
Positivos, para una Vida Positiva
BY; Lina Toro
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Nuestro modo de pensar tiene un papel fundamental en cómo nos sentimos y
en cómo nos comportamos. En nuestra vida en muchas ocasiones lo que nos hace
sufrir son los pensamientos que nos vienen a la cabeza sobre cómo interpretamos
lo que nos ha sucedido, el comportamiento de otras personas, aquello que
tenemos que hacer, aquello que deseamos y no logramos… Por todo ello, es
necesario tener en cuenta que nuestros sentimientos se deben más a la forma de
percibir lo que nos sucede que al acontecimiento en sí mismo o a la propia
situación.
La forma de pensar sobre ciertas situaciones tiene un valor muy
importante porque puede condicionar nuestra manera de actuar, de expresar
nuestras emociones y de relacionarnos con los demás. Todos nosotros tenemos un
diálogo interior con nosotros mismos, si dicho diálogo no se ajusta del todo a
la realidad creará en nosotros emociones desagradables.
Prácticamente todos los libros de autoayuda que encontramos en el
mercado tiene una cosa en común: expresan la importancia de ser positivos para
aumentar la felicidad y el bienestar. Se han hecho muchos estudios sobre el
poder del pensamiento positivo y los beneficios que este tiene sobre nuestra
salud. El pensamiento positivo puede reducir el estrés, ayuda a las personas a
vivir más tiempo y mejora su bienestar general y su capacidad de hacer frente a
momentos desagradables.
Así que si es así de simple, ¿por qué no vivimos en una sociedad
completamente feliz? La respuesta es que nadie, quiere admitir que en el fondo
somos bastante negativos. Y si no se admite que se es negativo ¿cómo se puede
cambiar a un estilo de vida positivo? Podemos empezar evitando la negatividad
en nuestra propia persona.
“Estoy solo” o “nadie me quiere” no es algo que dé muchos ánimos para
vivir de manera feliz. Una vez que admitimos que somos negativos, o por lo
menos que tenemos cosas negativas, debemos ser conscientes de nuestros pensamientos
diarios. Cuando los analizamos y vemos
lo rápido que entran los pensamientos negativos en nuestra mente, debemos
“darles la vuelta” rápidamente.
En lugar de pensar “yo no creo que pueda hacer eso” es mejor pensar: “Me
encanta; un nuevo desafío y voy a poder con él”. Eliminar del vocabulario
frases como “no se puede” y sustituirlas por la palabra: “puedo”. Comenzar a pensar en positivo sobre las personas que nos
rodean y no hablar enseguida de los puntos malos que les ves.
Tips para mantener el
optimismo
El optimista nace pero, sobre todo, se hace. Somos nosotros quienes con
las pequeñas situaciones del día a día definimos nuestra actitud. Pero, por
suerte, siempre estamos a tiempo de cambiar para mejor. Así que si no se es optimista
cuesta mantener un buen estado de ánimo durante todo el tiempo, a continuación mostramos unos consejos:
1.- Caminar con la espalda recta. Las personas positivas siempre van
derechas y andan con pasos grandes y firmes. Eso da confianza en los demás,
pero también en uno mismo. ¿Por qué? Porque antes de levantar la cabeza debes
enderezar el cuerpo.
2.- Reconocer los pensamientos negativos. A veces decimos frases de
forma automática como “todo me sale mal” o “soy un desastre”. Nunca nos hemos
puesto a pensar si son ciertas y, por supuesto, no lo son. Así que cada vez que
diga algo así, detéctelo y elimínelo del vocabulario; sustitúyalo por algo
muchísimo mejor. Debemos dominar nuestro diálogo interno antes que él nos
domine a nosotros.
3.- Cambie su tono de voz. Una voz alegre es un arma muy poderosa para
el optimismo. Muchas investigaciones han probado que cuando una persona actúa
de forma positiva a través de su tono de voz, termina sintiendo realmente ese
optimismo. La próxima vez que hable con alguien ya sea cara a cara o por
teléfono, cambia su tono de voz: no solo alegrará a los demás, sino que transmitirá a si mismo un optimismo que le hará cambiar de
frecuencia.
4.- Tome las dificultades como un reto. Ante una situación nueva o
diferente (una entrevista de trabajo, un examen, viajes, una cita, etc.), no
sea negativo antes de tiempo. En lugar de sentir miedo, dudas o ansiedad,
céntrese en las ventajas y las soluciones; visualice que todo sale bien.
Empiece a confiar en usted, en sus posibilidades y en el poder de la Ley de
Atracción.
5.- Piense en las soluciones. El pesimista se centra en el problema; el
optimista, lo ve como una oportunidad para mejorar la próxima vez. La mejor
manera de convertirse en una persona positiva es enfocarse en las soluciones y no en los problemas:
piense que mientras se centra en las soluciones no podrá pensar en los
problemas y, por tanto, dejara de culparse, quejarse y lamentarse.
6.- Rodéese de optimistas. Pasar tiempo al lado de personas alegres y
entusiastas puede hacerle ver cuál es la mejor manera de ver las cosas. Además,
¡las personas alegres suelen contagiar su entusiasmo!.
7.- Agradezca. Muestre
gratitud por todas las cosas buenas que le rodean y que tiene en su vida.
Dedíquese un tiempo a pensar en todo lo
que le hace feliz y en todo lo que está ahora presente en su vida. Agradezca lo
que ya se tiene es una forma muy eficaz para pasar de la negatividad a una
frecuencia mucho más positiva.
8.- Tenga presentes sus objetivos. Recordar hacia dónde quiere ir es una
buena forma para que se sienta motivado y con ganas de ver sus metas cumplidas.
Ponga en práctica estos consejos y además no olvide nunca qué quiere atraer,
porque solo con pensar que llegará a su vida ya merece una gran sonrisa.
Como dice Stephen Crane” El que puede cambiar sus pensamiento puede cambiar
su destino”.
Es nuestra responsabilidad elegir pensar de forma positiva o negativa.
Una persona positiva es consciente de las debilidades que puede haber en uno
mismo y en los demás, pero aun así logra dirigir la atención hacia los aspectos
positivos.
Para concluir, recordemos que un pensamiento tiene poder para cambiar
nuestro estado de ánimo.
“Nadie puede elegir
hacerte inferior sin tu consentimiento”.
Eleanor Roosevelt
“Si todo saliera como yo
quiero, jamás experimentaría nada nuevo y mi vida sería una terrible sucesión
de éxitos insípidos”.
Hugh Prather.