Finanzas Saludables en Pareja
No existe una formula mágica, ni
una receta para la gestión de las finanzas entre dos. Sin embargo, hay varios aspectos
que se deben tener en cuenta en pareja y así poder crear su propio modelo que
le ayude a construir una buena salud financiera entre los dos. A medida que la relación avanza y se va
sintiendo una mayor confianza, complicidad y se van comprometiendo con el paso
del tiempo, las conversaciones sobre dinero pueden comenzar también a tener un
ritmo.
Una pareja también puede obtener
grandes logros en las finanzas. En pareja, es más placentero planificar y
encontrar la motivación para ir tras los sueños. Cuando la pareja tiene claro sus
objetivos comunes y la estrategia para la realizar y alcanzar los mismos pueden
obtener resultados muy positivos. No
existe un guía que garantice llevar las finanzas del hogar para administrar su
dinero y el de su pareja de manera eficiente, sin embargo, hacer una planeación
que puede ser la vía que todos deben seguir para marcar la diferencia entre
vivir en medio de conflictos por malas deudas y estar tranquilo por tener una
vida económica organizada.
Se trata de un camino que debe
ser trazado paso a paso: esta rutina no surge de un día para otro. Lo
importante es comenzar. Pero la pregunta es, ¿a partir de qué momento es que la
pareja debe comenzar a hablar de dinero?
Para iniciar, es importante
sincronizar sus prioridades financieras con las de su pareja y trabajar
conjuntamente para atender cada una de ellas. Siga paso a paso cada consejo y
cumpla sus metas conjuntas, de tal manera que deben revisar hábitos para
compartir sueños y decisiones.
El inicio de la relación
posibilita la oportunidad de que la pareja se vaya conociendo, se sorprenda con
las afinidades e identifique las diferencias que tienen entre sí, para después
manejarlas en el momento oportuno.
Cuando la relación se está
desarrollando, la complicidad llega y la voluntad de compartir más que sólo
momentos de diversión y entretenimiento. La pareja comienza a hablar del
futuro, pedir opinión sobre otros asuntos y decisiones importantes que debe
tomar. Así el futuro de la relación se va estableciendo. Es hora de que la
pareja busque conocerse mejor en otros aspectos, para que ambos lleguen a la
conclusión de que de hecho habrá un futuro. ¿Cuáles son los objetivos y sueños
de cada uno?, ¿Cuáles son los planes de cada uno?, ¿Cómo pueden encarar el tema
del dinero?
Casarse hace parte de los planes
de una pareja. Pero la pregunta es ¿ambos están listos?, ¿tienen los mismos
objetivos? Este es un buen momento para establecer metas comunes. Y recuerde que,
desde el desayuno, se sabe cómo va a ser el almuerzo, y una persona con malos
hábitos financieros es muy difícil que cambie si no se ponen los puntos claros
desde un principio. Y peor aun si los dos son unas máquinas de gastar dinero y
no saben ni les gusta planear.
Las metas sirven como factor de
motivación para que la pareja avance en su planificación de corto, mediano o
largo plazo, en cualquier aspecto de la vida: personal, educativo, social o
financiero. Al determinar sus metas, la pareja deberá incluirlas en su
presupuesto mensual, con el fin de tornarlas en realidad. Para esto, deben
tener disciplina.
Una vez se casan, la pareja puede
dejar de lado la hoja individual de control, que utilizaba mientras estaban
solteros. Este es el momento para actualizar y combinar presupuestos
reflexionando sobre su nueva situación de vida en común.
Una vida entre dos hace bien a
las finanzas personales, si son claros desde un principio. Esto sucede cuando
la pareja establece una relación de confianza y acompañamiento en cuanto al
dinero se refiere, así como también en tantos otros aspectos de la vida. Dos
cabezas piensan mucho mejor que una. En cualquier fase de la vida, la pareja
debe conversar sobre sus sueños e intercambiar ideas sobre las formas de
realizarlos. Cada logro le da a ambos una mayor motivación para seguir
avanzando, firme en la planificación, superando dificultades y eliminando determinados
gastos, visualizando realizaciones mayores.
Finalmente, organizar las
finanzas y conseguir adecuar los gastos a los ingresos mensuales es un desafío
en todas las etapas de la vida. Justamente, por eso, la pareja debe revisar su
estrategia por fases y necesidades que se vayan presentando, de acuerdo a la etapa
de la vida en que se encuentre.
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