No confunda las emociones positivas con sensaciones placenteras
Todos buscamos la felicidad. Cada uno a su manera. Para
algunas personas, resulta relativamente fácil conseguir un cierto bienestar.
Para otras, es más difícil. Sin embargo, la felicidad es algo que se puede
aprender, desarrollar, entrenar y mantener en forma ¿Y cómo se consigue? Pues,
aprendiendo a manejar los pensamientos y la percepción que tenemos del mundo
que nos rodea. Y todo esto, que ya nos han estado diciendo humanistas y
profetas de todas las épocas, en la actualidad, ha sido confirmado con pruebas
científicas.
Es importante distinguir la felicidad momentánea del nivel
de felicidad duradera. La felicidad momentánea puede aumentarse fácilmente,
como comiendo chocolate, viendo una película de su gusto, con un masaje o
comprando un vestido No confunda las emociones positivas con sensaciones
placenteras.
El reto está en aumentar el nivel de felicidad duradera.
El monje feliz, dice que la causa de la felicidad no es
ningún misterio, ni precisa de gracia divina; se llama plasticidad de la mente,
o sea, la capacidad de modificar físicamente el cerebro por medio de los
pensamientos que elegimos. Al igual que los músculos del cuerpo, el cerebro
desarrolla y fortalece las neuronas que más utilizamos. O sea que la felicidad,
es un asunto del espíritu; no depende de nada ni de nadie externo a la persona;
la clave está en el interior de cada uno.
La Fórmula de la Felicidad
Las personas pasan su vida buscando ser felices. Algunos lo
logran cuando cumplen sus metas, otros cuando hacen un trabajo que les gusta,
al conseguir dinero, éxito o reconocimiento. Existen razones como personas en
el mundo.
Pero ¿Qué es exactamente la felicidad? Y lo que es más
importante: ¿Cómo se obtiene? ¿Existe alguna fórmula?
Hay días que nos sentimos muy bien, y días en que la vida
parece un martirio, y no siempre sabemos por qué. A veces parece que la
felicidad es una cosa caprichosa que viene y va cuando quiere, sin que nosotros
podamos controlarla.
Pero la realidad es que la felicidad sigue una regla muy
simple. La fórmula de la felicidad existe, y si la conocemos, podemos entender
perfectamente cómo funciona y cómo obtenerla.
Pero la pregunta es ¿Cuál es la diferencia entre las
personas felices e infelices? Martin Seligman, manifiesta que las personas
felices son extremadamente más sociales. Entonces no es porque sean más
religiosos, ni porque tengan mejor estado físico, ni porque tengan más dinero,
ni se ven más hermosos, ni pasan por más eventos buenos y menos eventos malos…
nada de eso.
El psicólogo diferencia entre tres tipos de vida felices:
Vida placentera: Una vida donde se tienen todas las
emociones positivas que se puedan tener y las habilidades para amplificarla.
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