Condiciones para el aprendizaje organizacional
Manuel Alfonso Garzón
Castrillon
Introducción
En la propuesta de modelo de
aprendizaje organizacional (AO), la cuarta variable se denomina condiciones
para el aprendizaje organizacional, la cual se sustenta en que a partir de las
operaciones internas o de los grupos de investigación y desarrollo se logran
algunas de las condiciones para impulsar el aprendizaje organizacional, en esta
variable se desarrollan las siguientes competencias: comunidades de
aprendizaje; comunidades de compromiso; comunidades de práctica y memoria
organizacional. Estas permiten lograr el acceso a fuentes de información tanto
internas como externas, transferir conocimiento antes de que sea usado
formalmente, a través de la capacitación o informalmente en los procesos de
socialización del trabajo y representar el conocimiento a través de reportes,
gráficas y presentaciones. Al respecto es importante tener en cuenta que la
capacidad de aprendizaje ha sido considerada y valorada como una variable
multidimensional en la que las bodegas de conocimiento y los flujos o procesos
de aprendizaje constituyen las dimensiones representativas. Concretamente,
plantea Prieto et al. (2004) que dentro de los stocks se han valorado los
conocimientos existentes en los niveles individual, de equipo, organizacional e
inter-organizacional. El contenido del conocimiento creado por cada forma de
conversiónes distinto. La socialización según Palacio (2000) produce lo que
puede llamarse conocimiento armonizado (modelos mentales y habilidades técnicas
compartidas). La exteriorización genera conocimiento conceptual (conceptos,
analogías y metáforas). La combinación origina conocimiento sistémico. Por otro
lado, la interiorización crea conocimiento operacional (administración de
proyectos, los procesos de producción, el uso de nuevos productos) y la dimensión epistemológica, la dimensión ontológica individual, de
Fuente: Elaborado con base en
Gore (1998); Argirys(1999); Muñoz-Seca et al.(2003); Kikawa (2001); Nonaka et
al. (1999); Rugles (2000); Fuir (2002);Choo (1999); Kleiner (2000) Norman et
al. (2002); Pelufo et al. (2004); Wagner(2002); Méndez (2004).
equipo, organizacional e
inter-organizacional en los conocimientos explícito, tácito y virtual. Al
publicar Senge (2002) la quinta disciplina, éste se basa en la idea de que en
contextos cambiantes es difícil programar de antemano todas las respuestas que
una organización necesita dar. Esto convierte al aprendizaje en un valor
todavía más importante que la experiencia acumulada y la capacidad de programar
sobre ella. Es evidente que hay tendencias muy definidas en las tres clases de
conocimientos de las organizaciones: tácitas, explícitas y virtuales. Mientras que
las organizaciones occidentales tienden a enfatizar el conocimiento explícito,
las japonesas dan mayor importancia al conocimiento tácito. Es importante
resaltar que el mundo occidental se centra en establecer sistemas que permitan
controlar el flujo de información al interior de la organización y de esta
manera generan una cultura de confidencialidad del conocimiento, al cual tienen
acceso unas pocas personas seleccionadas dentro de un restringido círculo de la
organización. Se puede decir que es un rezago de la influencia de la perspectiva
Taylorista en la administración occidental. Por el contrario, los japoneses
consideran que los tres tipos de conocimiento no son entidades separadas sino complementarias
y encuentran que hay una interacción y un intercambio entre ellos en las
actividades creativas de los seres humanos, con objeto de hacerlo un elemento
fundamental de la innovación. Su modelo dinámico de creación del conocimiento
se fundamenta en el supuesto crítico que el conocimiento humano se crea y
expande a través de la interacción social del conocimiento tácito y explícito.
A esta interacción la llaman conversión del conocimiento. Otro aspecto básico,
común tanto al tácito como al explícito y al virtual, en la creación del
conocimiento humano durante su actividad laboral, es el compromiso de la
persona con los hechos en los cuales participa, condición que consideran
indispensable en este proceso. Lo esencial es involucrarse en forma personal y
muy cercana con los hechos, lo que lleva a la conclusión en la cual, si no hay
compromiso de la persona, o sea, si no se genera un interés real, es muy
difícil que se cree el conocimiento. Esta inclusión personal se necesita para
integrar nuestra mente, con sus vivencias personales, con las particularidades
propias del hecho que consideramos el objeto de nuestro conocimiento.
Investigadores como Nonakaet al. (1999), Senge (2002); Argyris (1999) y Polanyi
entre otros llegaron a la conclusión que el conocimiento en el trabajo no sólo
incluye la lecturafría de unos hechos sino los procesos mentales, o modelos
mentales que habla Senge, para entender el patrón que se genera en este proceso
como un todo con significado.
Lo anterior es lo que Polanyi
llama inherencia, rompe las dicotomías tra-dicionales entre mente y cuerpo,
razón y emoción, sujeto y objeto, conocedor y conocido. Por tanto, la
objetividad científica no es la única fuente del co-nocimiento que se crea en la
organización, ya que los elementos personales, como las emociones y vivencias,
tienen una influencia determinante en su creación. Gran parte de nuestro
conocimiento es fruto del esfuerzo de cada cual en su trato con el entorno
inmediato y de todo lo que percibimos. El interactuar con los hechos, como
elemento indispensable para la creación de un saber particular, se lleva a cabo
por medio de la actividad vivencial, a través de la observación y la
experiencia, tanto en el tácito, el explícito y el virtual. Este aprendizaje en
la acción realza el carácter de conocimiento práctico que se genera en la
organización. En este contexto la persona, como un actor activo de este
proceso, se convierte en el agente consciente del conocimiento al desarrollar
procesos individuales y/o compartidos de contacto con los hechos que conoce, para
establecer niveles aceptables de certeza con relación a ellos. Este
conocimiento práctico se concreta y fortalece cuando la persona utiliza
herramientas como los mapas conceptuales en la búsqueda de relaciones entre los
hechos conocidos y saca conclusiones de lo que descubre por medio de su acción
investigativa, en un proceso de construcción del conocimiento cuando a los
hechos actuales le suman las experiencias ya vividas y los hechos anteriores,
como elementos que avalan o rechazan las conclusiones que propone. De lo
anterior se puede inferir la importancia de la interacción de las personas y su
comunicación. Como lo hemos establecido a través del desarrollo de los temas
anteriores, el conocimiento en la organización no se entiende como un tesoro
personal sino como el desarrollo permanente de una comunidad de personas que
generan saberes particulares y específicos para el contexto de la organización.
Por esta razón, la interacción entre las personas es particularmente útil e
importante para la creación de este conocimiento. En ellas la habilidad de
interactuar, esto es, de intercambiar información y conocimiento que sea
mutuamente entendido, es indispensable para ser considerados como agentes
generadores del conocimiento. Se puede afir-mar que no es posible considerar una
persona como punto de partida de un saber propio de la organización, si no lo
comunica al resto de las personas correctamente en un lenguaje aceptado por
ellas. Simplemente, la idea de personas aisladas, dentro de la organización no
corresponde con la visión presente de una entidad interconectada entre sus
miembros, para generar saberes propios que le permitan ventajas competitivas en
su entorno. De esta manera Peluffo et al. (2002), propone que el objetivo es
generar conocimiento nuevo a partir del trabajo de personas o grupos,
combinando el conocimiento explícito externo e interno y el conocimiento tácito
con el fin de incorporar conocimiento nuevo a los recursos existentes, y también
con el fin de aumentar el stock de conocimiento existente en el sistema. Finalmente,
en esta variable denominada: “condiciones para el aprendizaje organizacional”,
se requiere generar el ambiente interno de consenso necesario para promoverlo
entre sus miembros, pero a su vez necesita mantener la felicidad, la fe en el
futuro, la consistencia interna y la racionalidad dentro de un balance mínimo
aceptable con sus opuestos. Ellos argumentan que el incremento excesivo de
cualquiera de estos factores podría causar cierta rigidez en la organización
provocando en consecuencia la obstaculización de su capacidad para aprender y
adaptarse (Hawkins, 1994). Baje el documento completo aqui
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